Las figuras de la época napoleónica suelen ser las favoritas de muchos aficionados, seguidores y coleccionistas del mundo de la miniatura militar. En el catálogo de la prestigiosa marca italiana Pegaso Models, podemos encontrar multitud de estas referencias, fechadas en diferentes años de la época, países, conflictos y escalas.
En este artículo voy a explicar brevemente el proceso de pintura de esta excepcional representación del que fuera ayudante de campo del Mariscal Suchet, en la campaña española.
Alexander Gaultier de Rigny nació en 1790, en el seno de una acomodada familia francesa. Desde niño estudió y se formó en distintas escuelas militares y dada su primeriza formación militar, con solo 17 años, fue ascendido a teniente junior. Desde ese momento se vió enfrascado de lleno en la guerra, puesto que estaban en auge las distintas campañas napoleónicas y luchó y fue herido en varias ocasiones entre 1807 y 1809 tanto en Prusia, Austria y Polonia, lo que le sirvió para recibir múltiples menciones, culminando en su ascenso a teniente con la joven edad de 19 años.
En 1811, ya habiendo sido elegido por el Mariscal Suchet como su ayudante de campo para las campaña españolas, Gaultier participó, luchó y volvió a ser herido en bastantes batallas de la Guerra de la Independencia.
Por las victorias en Margaleff y Lérida recibió las charreteras de capitán. Participó en la batalla de Mequinenza, Tortosa, Tarragona, Sagunto y Valencia, distinguiéndose especialmente en la de Tarragona, donde fue elogiado por Suchet en persona, quien le asciendió a comandante del escuadrón.
Tras toda una vida inmerso en las batallas y guerras por toda Europa y siendo progresivamente ascendido de cargo militar hasta llegar a ser, nombrado por el mismo Presidente de la República como Comandante de las Fuerzas Armadas del Distrito de Brest, falleció a la edad de 83 años en Fougeres.
Me puse a pintar como siempre la cabeza y rostro con la dificultad añadida de que el chacó esta fundido junto a la cabeza, lo que hace complicado centrar y dirigir la mirada ya que la visera del mismo dificulta su pintura puesto que hay que inclinar la figura y realizarla en una perspectiva y ángulo que puede equivocar su realización.
A partir de eso, prepararía unas mezclas sencillas para el azul y el rojo del pantalón, dando una primera capa de estos colores a las prendas para hacerme una idea del aspecto final. Una vez terminada la chaqueta y parte superior y con la base roja del pantalón aplicada me armé de paciencia y pinté todo el hilo de oro, así como los alamares y los distintos colores de la faja.
Como la parte de hilo dorado obligadamente tendría que representarla en varias sesiones de pintura no quise hacer una mezcla complicada que tener que volver a repetirla varias veces con el riesgo de que no quedara igual. Por tanto, sobre una base de Cuero Rojo, fui iluminando con Ocre Marrón y acabando para las luces finales y detalles de las crestas de los hilos y nudos con Amarillo Claro y Amarillo Hielo; para sombrear el conjunto utilicé la tinta Sepia de la gama Game Color de Vallejo resaltando los volúmenes, y para terminar de darle el aspecto dorado de este material cuando acabé de pintar todo, apliqué a modo de veladuras el color metalizado de Citadel Shining Gold.
Llegado a este punto la parte superior quedaba muy elegante y llamativa, pero a mi manera de ver, lo que realmente le da el toque de atención y exótismo a esta figura son los pantalones bombachos, tipo mameluco, de color rojo que lleva esta figura. Modifiqué un poco la base de color que apliqué en un principio para adecuarla al tono general de la parte superior. Por tanto, rehice la mezcla quedando finalmente compuesta por Rojo Escarlata (Game Color), Rojo Carmín y Verde Napoleónico de Andrea Miniaturas.
Hice un esbozo general de luces y sombras añadiendo a la base Rojo Cadmio Bermellón y para sombrear hice lo mismo pero añadiendo más Verde Napoleónico. Una vez hecho esto, fui puliendo los trazos y volúmenes añadiendo a la mezcla de iluminación más Rojo Cadmio Bermellón y Naranja Alemán, un color que ilumina manteniendo el tono rojo predominante pero quemando un poco las últimas aplicaciones para dotar a esta prenda de cierto desgaste en las últimas luces. Para finalizar esta decoración y marcar los últimos volúmenes añadiendo un poco de negro a la mezcla y aplicándola más diluida de lo habitual.
Una vez pintado el terreno simulando una zona húmeda y boscosa y pegada la figura en su ubicación final, añadiendo el sable, sabretache y correspondientes correas y ataduras, me puse con la última pieza, la a veces deseada y a veces temida pintura de la pelliza con todos sus detalles y galones.
El azul de la base es exactamente el mismo que para la chaqueta formado por algunos colores del set de Azules de Andrea Miniaturas, como base usé el Nº 5 de este set más Marrón Cuero Oscuro también de la marca madrileña. La única diferencia en cuanto a la chaqueta es que al final del proceso de iluminación añadí Carne Media produciendo un color final algo más desgastado y grisáceo contrastando con la finalización del color de la chaqueta algo más vivo y limpio. Este proceso fue relativamente rápido, pero aún quedaba lo peor, todos los alamares y galones traseros de la pelliza.
Para estos elementos usé la mismas mezcla y tratamientos antes descritos, lo único distinto fue el tiempo que tardé ya que casi, casi se llevó las mismas horas que el grueso principal de la figura puesto que los galones al haber sido reproducidos en la creación de la figura como una parte plana, hay que reproducir las múltiples rayitas que presentan estas partes en la realidad.
Como comentario final a este trabajo he de decir que no soy un acérrimo seguidor de la época napoleónica ni de sus representaciones en miniatura, pero siempre que me he enfrentado a estas pequeñas maravillas he terminado con una sensación muy agradable debido a que este tipo de figuras, a pesar de las horas y el trabajo que conllevan, producen un aspecto final tan llamativo, elegante y vistoso que una vez terminadas, ese sufrimiento y horas necesarias, se esfuman para contemplar un precioso y real “pequeño napoleónico”.
Un saludo
[...]
En este artículo voy a explicar brevemente el proceso de pintura de esta excepcional representación del que fuera ayudante de campo del Mariscal Suchet, en la campaña española.
Alexander Gaultier de Rigny nació en 1790, en el seno de una acomodada familia francesa. Desde niño estudió y se formó en distintas escuelas militares y dada su primeriza formación militar, con solo 17 años, fue ascendido a teniente junior. Desde ese momento se vió enfrascado de lleno en la guerra, puesto que estaban en auge las distintas campañas napoleónicas y luchó y fue herido en varias ocasiones entre 1807 y 1809 tanto en Prusia, Austria y Polonia, lo que le sirvió para recibir múltiples menciones, culminando en su ascenso a teniente con la joven edad de 19 años.
En 1811, ya habiendo sido elegido por el Mariscal Suchet como su ayudante de campo para las campaña españolas, Gaultier participó, luchó y volvió a ser herido en bastantes batallas de la Guerra de la Independencia.
Por las victorias en Margaleff y Lérida recibió las charreteras de capitán. Participó en la batalla de Mequinenza, Tortosa, Tarragona, Sagunto y Valencia, distinguiéndose especialmente en la de Tarragona, donde fue elogiado por Suchet en persona, quien le asciendió a comandante del escuadrón.
Tras toda una vida inmerso en las batallas y guerras por toda Europa y siendo progresivamente ascendido de cargo militar hasta llegar a ser, nombrado por el mismo Presidente de la República como Comandante de las Fuerzas Armadas del Distrito de Brest, falleció a la edad de 83 años en Fougeres.
La figura
Como es habitual en mi forma de acometer las figuras, monté por completo a excepción de la pelliza, sable y sobretache, todos los componentes de la figura. Una vez imprimada, esta miniatura a pesar de tener multitud de elementos y detalles, lo más llamativo al fin de todo junto con los dos colores predominantes en las prendas, sería el hilo de oro.Me puse a pintar como siempre la cabeza y rostro con la dificultad añadida de que el chacó esta fundido junto a la cabeza, lo que hace complicado centrar y dirigir la mirada ya que la visera del mismo dificulta su pintura puesto que hay que inclinar la figura y realizarla en una perspectiva y ángulo que puede equivocar su realización.
A partir de eso, prepararía unas mezclas sencillas para el azul y el rojo del pantalón, dando una primera capa de estos colores a las prendas para hacerme una idea del aspecto final. Una vez terminada la chaqueta y parte superior y con la base roja del pantalón aplicada me armé de paciencia y pinté todo el hilo de oro, así como los alamares y los distintos colores de la faja.
Como la parte de hilo dorado obligadamente tendría que representarla en varias sesiones de pintura no quise hacer una mezcla complicada que tener que volver a repetirla varias veces con el riesgo de que no quedara igual. Por tanto, sobre una base de Cuero Rojo, fui iluminando con Ocre Marrón y acabando para las luces finales y detalles de las crestas de los hilos y nudos con Amarillo Claro y Amarillo Hielo; para sombrear el conjunto utilicé la tinta Sepia de la gama Game Color de Vallejo resaltando los volúmenes, y para terminar de darle el aspecto dorado de este material cuando acabé de pintar todo, apliqué a modo de veladuras el color metalizado de Citadel Shining Gold.
Llegado a este punto la parte superior quedaba muy elegante y llamativa, pero a mi manera de ver, lo que realmente le da el toque de atención y exótismo a esta figura son los pantalones bombachos, tipo mameluco, de color rojo que lleva esta figura. Modifiqué un poco la base de color que apliqué en un principio para adecuarla al tono general de la parte superior. Por tanto, rehice la mezcla quedando finalmente compuesta por Rojo Escarlata (Game Color), Rojo Carmín y Verde Napoleónico de Andrea Miniaturas.
Hice un esbozo general de luces y sombras añadiendo a la base Rojo Cadmio Bermellón y para sombrear hice lo mismo pero añadiendo más Verde Napoleónico. Una vez hecho esto, fui puliendo los trazos y volúmenes añadiendo a la mezcla de iluminación más Rojo Cadmio Bermellón y Naranja Alemán, un color que ilumina manteniendo el tono rojo predominante pero quemando un poco las últimas aplicaciones para dotar a esta prenda de cierto desgaste en las últimas luces. Para finalizar esta decoración y marcar los últimos volúmenes añadiendo un poco de negro a la mezcla y aplicándola más diluida de lo habitual.
Una vez pintado el terreno simulando una zona húmeda y boscosa y pegada la figura en su ubicación final, añadiendo el sable, sabretache y correspondientes correas y ataduras, me puse con la última pieza, la a veces deseada y a veces temida pintura de la pelliza con todos sus detalles y galones.
El azul de la base es exactamente el mismo que para la chaqueta formado por algunos colores del set de Azules de Andrea Miniaturas, como base usé el Nº 5 de este set más Marrón Cuero Oscuro también de la marca madrileña. La única diferencia en cuanto a la chaqueta es que al final del proceso de iluminación añadí Carne Media produciendo un color final algo más desgastado y grisáceo contrastando con la finalización del color de la chaqueta algo más vivo y limpio. Este proceso fue relativamente rápido, pero aún quedaba lo peor, todos los alamares y galones traseros de la pelliza.
Para estos elementos usé la mismas mezcla y tratamientos antes descritos, lo único distinto fue el tiempo que tardé ya que casi, casi se llevó las mismas horas que el grueso principal de la figura puesto que los galones al haber sido reproducidos en la creación de la figura como una parte plana, hay que reproducir las múltiples rayitas que presentan estas partes en la realidad.
Como comentario final a este trabajo he de decir que no soy un acérrimo seguidor de la época napoleónica ni de sus representaciones en miniatura, pero siempre que me he enfrentado a estas pequeñas maravillas he terminado con una sensación muy agradable debido a que este tipo de figuras, a pesar de las horas y el trabajo que conllevan, producen un aspecto final tan llamativo, elegante y vistoso que una vez terminadas, ese sufrimiento y horas necesarias, se esfuman para contemplar un precioso y real “pequeño napoleónico”.
Un saludo
Este año mis compañeros y socios de Alabarda, decidieron bajo mi consentimiento que fuera yo el que pintara la figura conmemorativa anual, el Alabardero en Filipinas.
Pienso que tampoco se tuvieron que sentar a deliberar dicha decisión por muchas horas, ya que el color mayoritario de este uniforme es blanco y pensaron que como a míi me gusta especialmente trabajar dicho color y parece que no me queda mal (y si, ya no me quedan abuelas), no tuvieron mucho que hablar, bastaron 5 minutos….., y 2 segundos por mi parte en aceptar.
Cuando en una de nuestras semanales reuniones estuvimos viendo juntos la decoración, documentación, y aspectos generales, caímos en la cuenta que podría tener una segunda decoración completamente lícita y documentada, que podría dotar al conjunto general más vistosidad y variedad, con el simple cambio de color sobre los pantalones, de blanco a azul.
Pues bien después de recoger las dos figuras, y repasar como es habitual la inevitable pero en este caso mínima línea de molde, opte como siempre, en montar la figura por completo a falta de la propia alabarda, y del espadín.
La elección de montar por completo los brazos al principio del proceso se antoja mas que caprichosa, necesaria, ya que aunque pensemos que no vamos a poder pintar bien el rostro o la parte interior entre los brazos y el torso, es simplemente una sensación, ya que se puede pintar sin mayores problemas, y con esto hacemos que se esfumen por completo y no nos acompañen en todo el proceso de pintura, los fantasmas de tener que montar los brazos al final, con el riesgo que conlleva, pegamento vistoso, descascarillados traidores, y retoques imposibles.
Una vez imprimadas las dos figuras me puse a pintarlas a “pares”, me explico, desde las punta del capacete hasta la cintura las dos figuras han sido pintadas al mismo tiempo, de este modo “industrial” aprovechamos tanto las mezclas, como rentabilizamos el tiempo ya que se van decorando los mismos volúmenes, y se consiguen dos gemelas, de tal modo que no tenemos que ir terminando una con la presión de empezar la otra, simplemente vamos cogiendo una dejando otra, y la única complicación que da es que las sesiones de pintura son el doble, y parece que no cunda el tiempo de las mismas con el resultado que vamos obteniendo. Seguro que los que mejor comprenden este peculiar sistema, sean los padres de gemelos, mellizos, o mas………..
Y bueno una vez explicado el sistema que he seguido para su decoración os hablaré un poco de la propia pintura, quizá con el propósito de alojar algo de luz sobre ese temeroso color que es el blanco, que en hacer un disección completa pieza por pieza de mezclas, luces, sombras, tonos, etc.
La máxima que tenemos que tener en cuenta cuando nos enfrentemos a una superficie grande que tengamos que pintar en color blanco, es que no tenemos que tener prisa en terminarla en cuatro pasadas y dos luces, es decir, hay que dedicarle como a los buenos caldos, su tiempo.
Debemos empezar teniendo en cuenta que tipo de blanco queremos representar, ya que con la mezcla inicial, comienza para bien o para mal, la total decoración de este color. En este caso, y por la propia naturaleza y clima de donde se encuentra nuestro protagonista, estaba claro que había que utilizar un blanco sucio y calido.
En otros casos vendrá mejor un tono mas frío, más limpio o ambas, las combinaciones estarán rejídas primero por la propia figura y segundo por nuestra interpretación personal y artística de este color. Otro detalle importante, y que se tiene que tener en cuenta, es que al tener tres partes diferenciadas y con gran superficie, como son, el capacete, el pantalón y la chaqueta por tanto dentro de la decoración única en blanco tiene que haber ciertas diferencias en estas partes, para que precisamente debido a la sobriedad de este color, tenga cierta atractivo hacia el espectador, con estas premisas en cuenta podemos empezar a pintar.
Hay que usar una mezcla similar para todas las partes, es decir, tiene que haber un color primordial en la mezcla, otro que de tono al principal y un último que sirva para oscurecer.
Para la chaqueta he usado Lodo Claro (principal), Amarillo Desierto (tono) y Negro (lógicamente, oscuridad), para el pantalón Gris Medio (P.), Gris Kaki (T.) y Negro (O.) y para el capacete o salacot. usé el num. 5 del set Andrea para blancos (P.), Amarillo Desierto (T.), no utilice un color de oscuridad puesto que dicho tono de Andrea, ya es bastante oscuro y solo con el tono, es suficiente.
En el paso siguiente, la iluminación, son también tres tonos o pasos añadidos a la base, un primer color empiece a iluminar y pierda un poco la viveza del tono base, otro intermedio que ilumine pero que también aporte color al proceso, y por ultimo un tono muy claro o luminoso, que termine de marcar las zonas de máxima luz, y contraste con el proceso de iluminación.
Por tanto, para la chaqueta los colores son Marrón Cubierta (1º), Base Set Blancos (2º) y Gris Plateado (3º), para el pantalón Gris Piedra (1º), Marrón Cubierta (2º) y Hueso y para el capacete, directamente seguí con los botes marcados como iluminación del set de Blancos, ya que no es una superficie grande, y para estas partes, dicho sets, son muy útiles.
Por último, el sombreado, en esta parte y teniendo en cuenta que ya hay muchos colores que influyen tanto en la mezcla inicial como en la iluminación, y que si se han seguido bien los pasos y aplicaciones, ya tendremos bastante contrastado nuestras zonas pintadas bastaran un par de colores, a veces uno solamente, para finalizar la pintura del tan temido color blanco con el simple propósito de marcas los volúmenes en sombra.
Así pues para la chaqueta utilicé, Gris Kaki y Marrón Oliva, en el pantalón, Marrón Oliva únicamente, en el capacete es suficiente añadir un poquito de negro, para perfilar y pintar las divisiones del mismo, que para sombrear puramente dicho.
Bueno, pues habiendo visto en profundidad la manera en que planteo la decoración de este color desde el punto de vista de pinturas, y mezclas, ahora toca el tema de aplicaciones y diluciones. Como he dicho al principio, al color blanco hay que darle su tiempo, cono esto me refiero a que así como otros colores admiten digamos unas transiciones más bruscas, como en el caso de la versión con el pantalón azul, en la versión “blanca” y en general para el color blanco, hay que armarse de valor e ir añadiendo poco a poco los colores a la mezcla en porciones pequeñas, que cambien el tono que tengamos en el pocillo, pero sin exagerar e ir dando pasadas por los volúmenes hasta que el color que tengamos en el pocillo lo veamos depositado en la figura, digo esto, que parece muy lógico y evidente, porque la pintura blanca suele ser muy transparente y si encima le añadimos su agua necesaria para pintar, hay que dar varias pasadas y dejar secar muy bien para que se note el resultado.
De este modo procederemos también con las sombras, pero diluyendo más, puesto que al ser una superficie tan clara, las sombras si no se aplican más diluidas y con trazos mas controladas nos pueden marcar demasiado, y arruinar todo el laborioso trabajo anterior.
Por último, y para acabar, hacer una pequeña reseña en que la base se aplica de igual manera que para cualquier color, y que aun con todo el proceso de pintura, también podemos añadir un pequeño nivel más, en ciertas partes de las superficies mas grandes, realizando un tono en zonas intermedias, para acentuar aun más el tono general del color en función de lo que buscábamos en un principio.
En este caso, yo he usado directamente el Gris Kaki, muy, muy, diluido, casi agua manchada, y dando pasadas para ver poco a poco como se van marcando esas ligeras veladuras, aplicadas en la partes medias de los pantalones, y parte trasera de la chaqueta, desde la zona media hasta la zona lumbar.
Espero que este texto sirva para que se pierda poco a poco el miedo a este color, y que aclare las dudas de aquellos que quieran pintar su versión de nuestro Alabardero completamente en blanco.
Quisiera agradecer la confianza que me han brindado mis compañeros de Alabarda, al dejarme pintar estas versiones, y también un especial agradecimiento a Antonio Meseguer por sus sensacional modelado y a Fco Javier Fernández, el trabajo perfecto y meticuloso que ha hecho en el labrado de la alabarda.
Pardo Medio + Rojo + Azul Marina Oscuro + Uniforme Inglés.
Luces: Base + Rojo Beige + Carne Dorada + Carne Base
Sombras: Uniforme Ingles + Escarlata + Cadmio Marrón + Rojo Cadmio Tostado
Sombra Tostada + Negro Mate
Luces: Base + Sombra Tostada + Carne Dorada
Sombras: Negro Mate
Set Blancos num. 5º + Amarillo Desierto
Luces: Base + Set Blancos
Sombras: Gris Kaki + Marrón Oliva
Lodo Claro + Amarillo Desierto + Negro Mate
Luces: Base + Marrón Cubierta + Set Blancos num. 1º + Gris Plateado
Sombras: Gris Kaki + Marrón Oliva
Marrón Rojo
Luces: Base + Escarlata 817 + Naranja Intenso
Sombras: Marrón Rojizo
Gris Medio + Amarillo Desierto + Negro Mate
Luces: Base + Marrón Cubierta + Hueso
Sombras: Marrón Oliva
Azul Prusia + Periscopios + Negro Mate
Luces: Base + Periscopios + Turquesa + Carne Medio
Sombras: Base + Negro Mate.
[...]
Pienso que tampoco se tuvieron que sentar a deliberar dicha decisión por muchas horas, ya que el color mayoritario de este uniforme es blanco y pensaron que como a míi me gusta especialmente trabajar dicho color y parece que no me queda mal (y si, ya no me quedan abuelas), no tuvieron mucho que hablar, bastaron 5 minutos….., y 2 segundos por mi parte en aceptar.
Cuando en una de nuestras semanales reuniones estuvimos viendo juntos la decoración, documentación, y aspectos generales, caímos en la cuenta que podría tener una segunda decoración completamente lícita y documentada, que podría dotar al conjunto general más vistosidad y variedad, con el simple cambio de color sobre los pantalones, de blanco a azul.
Pues bien después de recoger las dos figuras, y repasar como es habitual la inevitable pero en este caso mínima línea de molde, opte como siempre, en montar la figura por completo a falta de la propia alabarda, y del espadín.
La elección de montar por completo los brazos al principio del proceso se antoja mas que caprichosa, necesaria, ya que aunque pensemos que no vamos a poder pintar bien el rostro o la parte interior entre los brazos y el torso, es simplemente una sensación, ya que se puede pintar sin mayores problemas, y con esto hacemos que se esfumen por completo y no nos acompañen en todo el proceso de pintura, los fantasmas de tener que montar los brazos al final, con el riesgo que conlleva, pegamento vistoso, descascarillados traidores, y retoques imposibles.
Una vez imprimadas las dos figuras me puse a pintarlas a “pares”, me explico, desde las punta del capacete hasta la cintura las dos figuras han sido pintadas al mismo tiempo, de este modo “industrial” aprovechamos tanto las mezclas, como rentabilizamos el tiempo ya que se van decorando los mismos volúmenes, y se consiguen dos gemelas, de tal modo que no tenemos que ir terminando una con la presión de empezar la otra, simplemente vamos cogiendo una dejando otra, y la única complicación que da es que las sesiones de pintura son el doble, y parece que no cunda el tiempo de las mismas con el resultado que vamos obteniendo. Seguro que los que mejor comprenden este peculiar sistema, sean los padres de gemelos, mellizos, o mas………..
Y bueno una vez explicado el sistema que he seguido para su decoración os hablaré un poco de la propia pintura, quizá con el propósito de alojar algo de luz sobre ese temeroso color que es el blanco, que en hacer un disección completa pieza por pieza de mezclas, luces, sombras, tonos, etc.
La máxima que tenemos que tener en cuenta cuando nos enfrentemos a una superficie grande que tengamos que pintar en color blanco, es que no tenemos que tener prisa en terminarla en cuatro pasadas y dos luces, es decir, hay que dedicarle como a los buenos caldos, su tiempo.
Debemos empezar teniendo en cuenta que tipo de blanco queremos representar, ya que con la mezcla inicial, comienza para bien o para mal, la total decoración de este color. En este caso, y por la propia naturaleza y clima de donde se encuentra nuestro protagonista, estaba claro que había que utilizar un blanco sucio y calido.
En otros casos vendrá mejor un tono mas frío, más limpio o ambas, las combinaciones estarán rejídas primero por la propia figura y segundo por nuestra interpretación personal y artística de este color. Otro detalle importante, y que se tiene que tener en cuenta, es que al tener tres partes diferenciadas y con gran superficie, como son, el capacete, el pantalón y la chaqueta por tanto dentro de la decoración única en blanco tiene que haber ciertas diferencias en estas partes, para que precisamente debido a la sobriedad de este color, tenga cierta atractivo hacia el espectador, con estas premisas en cuenta podemos empezar a pintar.
Hay que usar una mezcla similar para todas las partes, es decir, tiene que haber un color primordial en la mezcla, otro que de tono al principal y un último que sirva para oscurecer.
Para la chaqueta he usado Lodo Claro (principal), Amarillo Desierto (tono) y Negro (lógicamente, oscuridad), para el pantalón Gris Medio (P.), Gris Kaki (T.) y Negro (O.) y para el capacete o salacot. usé el num. 5 del set Andrea para blancos (P.), Amarillo Desierto (T.), no utilice un color de oscuridad puesto que dicho tono de Andrea, ya es bastante oscuro y solo con el tono, es suficiente.
En el paso siguiente, la iluminación, son también tres tonos o pasos añadidos a la base, un primer color empiece a iluminar y pierda un poco la viveza del tono base, otro intermedio que ilumine pero que también aporte color al proceso, y por ultimo un tono muy claro o luminoso, que termine de marcar las zonas de máxima luz, y contraste con el proceso de iluminación.
Por tanto, para la chaqueta los colores son Marrón Cubierta (1º), Base Set Blancos (2º) y Gris Plateado (3º), para el pantalón Gris Piedra (1º), Marrón Cubierta (2º) y Hueso y para el capacete, directamente seguí con los botes marcados como iluminación del set de Blancos, ya que no es una superficie grande, y para estas partes, dicho sets, son muy útiles.
Por último, el sombreado, en esta parte y teniendo en cuenta que ya hay muchos colores que influyen tanto en la mezcla inicial como en la iluminación, y que si se han seguido bien los pasos y aplicaciones, ya tendremos bastante contrastado nuestras zonas pintadas bastaran un par de colores, a veces uno solamente, para finalizar la pintura del tan temido color blanco con el simple propósito de marcas los volúmenes en sombra.
Así pues para la chaqueta utilicé, Gris Kaki y Marrón Oliva, en el pantalón, Marrón Oliva únicamente, en el capacete es suficiente añadir un poquito de negro, para perfilar y pintar las divisiones del mismo, que para sombrear puramente dicho.
Bueno, pues habiendo visto en profundidad la manera en que planteo la decoración de este color desde el punto de vista de pinturas, y mezclas, ahora toca el tema de aplicaciones y diluciones. Como he dicho al principio, al color blanco hay que darle su tiempo, cono esto me refiero a que así como otros colores admiten digamos unas transiciones más bruscas, como en el caso de la versión con el pantalón azul, en la versión “blanca” y en general para el color blanco, hay que armarse de valor e ir añadiendo poco a poco los colores a la mezcla en porciones pequeñas, que cambien el tono que tengamos en el pocillo, pero sin exagerar e ir dando pasadas por los volúmenes hasta que el color que tengamos en el pocillo lo veamos depositado en la figura, digo esto, que parece muy lógico y evidente, porque la pintura blanca suele ser muy transparente y si encima le añadimos su agua necesaria para pintar, hay que dar varias pasadas y dejar secar muy bien para que se note el resultado.
De este modo procederemos también con las sombras, pero diluyendo más, puesto que al ser una superficie tan clara, las sombras si no se aplican más diluidas y con trazos mas controladas nos pueden marcar demasiado, y arruinar todo el laborioso trabajo anterior.
Por último, y para acabar, hacer una pequeña reseña en que la base se aplica de igual manera que para cualquier color, y que aun con todo el proceso de pintura, también podemos añadir un pequeño nivel más, en ciertas partes de las superficies mas grandes, realizando un tono en zonas intermedias, para acentuar aun más el tono general del color en función de lo que buscábamos en un principio.
En este caso, yo he usado directamente el Gris Kaki, muy, muy, diluido, casi agua manchada, y dando pasadas para ver poco a poco como se van marcando esas ligeras veladuras, aplicadas en la partes medias de los pantalones, y parte trasera de la chaqueta, desde la zona media hasta la zona lumbar.
Espero que este texto sirva para que se pierda poco a poco el miedo a este color, y que aclare las dudas de aquellos que quieran pintar su versión de nuestro Alabardero completamente en blanco.
Quisiera agradecer la confianza que me han brindado mis compañeros de Alabarda, al dejarme pintar estas versiones, y también un especial agradecimiento a Antonio Meseguer por sus sensacional modelado y a Fco Javier Fernández, el trabajo perfecto y meticuloso que ha hecho en el labrado de la alabarda.
CUADRO COLORES
Carne
Pardo Medio + Rojo + Azul Marina Oscuro + Uniforme Inglés.
Luces: Base + Rojo Beige + Carne Dorada + Carne Base
Sombras: Uniforme Ingles + Escarlata + Cadmio Marrón + Rojo Cadmio Tostado
Pelo
Sombra Tostada + Negro Mate
Luces: Base + Sombra Tostada + Carne Dorada
Sombras: Negro Mate
Capacete
Set Blancos num. 5º + Amarillo Desierto
Luces: Base + Set Blancos
Sombras: Gris Kaki + Marrón Oliva
Chaqueta
Lodo Claro + Amarillo Desierto + Negro Mate
Luces: Base + Marrón Cubierta + Set Blancos num. 1º + Gris Plateado
Sombras: Gris Kaki + Marrón Oliva
Cuello, Bocamangas y Galones
Marrón Rojo
Luces: Base + Escarlata 817 + Naranja Intenso
Sombras: Marrón Rojizo
Pantalón Blanco
Gris Medio + Amarillo Desierto + Negro Mate
Luces: Base + Marrón Cubierta + Hueso
Sombras: Marrón Oliva
Pantalón Azul
Azul Prusia + Periscopios + Negro Mate
Luces: Base + Periscopios + Turquesa + Carne Medio
Sombras: Base + Negro Mate.
Esta es la primera referencia del catálogo de la poco conocida marca Bunker Miniatures que, aún siendo desconocida sorprende por la calidad muy alta, tanto en modelado como en la resina con la que está hecha la figura.
El gran atractivo para mi gusto de esta figura es, sin duda, su anatomía ya que la estética general del mercado de figuras es que todas mantengan unos cánones de belleza extrema, o sea, figuras muy estilizadas, altas, musculosas con rostros bellos, simétricamente perfectos…
Pues bien, si nos fijamos en nuestra vida cotidiana, lo extraño es precisamente esto, lo normal es que las anatomías sean muy dispares, bajos, alopécicos, gordos, feos, altos, guapos, desproporcionados, brazi-largos, cuellicortos, etc. Por ello esta figura me gustó mucho, precisamente porque representa a una de esas personas normales que conocemos o nos encontramos por la calle.
El modelado es muy fiel a este tipo de cuerpos y han sabido plasmar casi a la perfección los volúmenes de un cuerpo fuerte a la vez que entrado en kilos, es decir, gordo. La caída del pecho y de la barriga así como de los comúnmente conocidos como michelines están muy conseguidos, mientras que los brazos, hombros y parte alta de espalda simulan a una persona con una gran fuerza física, pero no musculoso, conseguida mediante hachazos y esfuerzos físicos típicos de la época y región que representa.
Por otro lado estamos muy acostumbrados en el mundo de las figuras históricas a que la mayoría de las novedades del mercado estén basadas en la historia militar pura, es decir, representando acciones de batallas, uniformes, épocas y diferentes guerras a lo largo y ancho del mundo.
Cuando esta figura apareció en el mercado la idea que me forjé en la mente de cómo quería pintarla y ambientarla estaba clara ya que con una simple transformación sobre el brazo derecho que originalmente sujeta un fusil, cambiando la posición del mismo y dotándolo de un hacha, desmilitariza completamente dicha figura pasando a ser un cosaco civil que anda por el bosque talando árboles, bien para calentarse bien para construir un cabaña con esos troncos.
En cuanto a la pintura siempre que nos enfrentamos a una figura en la que el tanto por ciento de piel es mayor que la de las prendas que lleva, nos inquieta un poco y no tiene porque ser así, simplemente hay que hacerse un esquema de trabajo distinto al que normalmente usamos.
Así pues para la gran superficie que ocupa la carne en este caso decidí usar una mezcla más oscura y rojiza de lo normal, de esta forma como el tratamiento de luces es mayor para aclarar el tono de piel inicial no hace falta sombrearla como normalmente haríamos, así pues solo ilumine el color de la forma habitual y no usé sombras puras para completar el proceso, simplemente una vez acabadas las luces mediante tonos y filtros de varios colores, fui velando las zonas de sombras consiguiendo dar riqueza cromática al conjunto y marcando los volúmenes de esta particular anatomía.
El trabajo es más largo de lo habitual pero produce unos resultados muy naturales teniendo en cuenta lo que estamos representando. Con la repetición de filtros y pasadas con la pintura tan diluida y por el vinilo que las pinturas contienen adquiere un cierto satinado cosa de la que no nos debemos preocupar, siempre y cuando quede real porque la piel y más después de hacer un esfuerzo físico siempre adquiere un cierto brillo producido por el sudor del momento.
Para terminar de ambientar la figura en la acción que he querido representar basta con que el terreno simule un pequeño bosque con un gran trono que ha empezado a talar, con el suelo salpicado de pequeñas virutas del tronco producidas por los potentes hachazos que nuestro gordoncho protagonista ha propinado al arbol.
Y ya por último, os animaría a que alguna vez, bien para vuestra colección o simplemente por cambiar afrontéis un trabajo de este tipo ya que es muy interesante y divertido, pintar una persona normal.
Un saludo.
[...]
El gran atractivo para mi gusto de esta figura es, sin duda, su anatomía ya que la estética general del mercado de figuras es que todas mantengan unos cánones de belleza extrema, o sea, figuras muy estilizadas, altas, musculosas con rostros bellos, simétricamente perfectos…
Pues bien, si nos fijamos en nuestra vida cotidiana, lo extraño es precisamente esto, lo normal es que las anatomías sean muy dispares, bajos, alopécicos, gordos, feos, altos, guapos, desproporcionados, brazi-largos, cuellicortos, etc. Por ello esta figura me gustó mucho, precisamente porque representa a una de esas personas normales que conocemos o nos encontramos por la calle.
El modelado es muy fiel a este tipo de cuerpos y han sabido plasmar casi a la perfección los volúmenes de un cuerpo fuerte a la vez que entrado en kilos, es decir, gordo. La caída del pecho y de la barriga así como de los comúnmente conocidos como michelines están muy conseguidos, mientras que los brazos, hombros y parte alta de espalda simulan a una persona con una gran fuerza física, pero no musculoso, conseguida mediante hachazos y esfuerzos físicos típicos de la época y región que representa.
Por otro lado estamos muy acostumbrados en el mundo de las figuras históricas a que la mayoría de las novedades del mercado estén basadas en la historia militar pura, es decir, representando acciones de batallas, uniformes, épocas y diferentes guerras a lo largo y ancho del mundo.
Cuando esta figura apareció en el mercado la idea que me forjé en la mente de cómo quería pintarla y ambientarla estaba clara ya que con una simple transformación sobre el brazo derecho que originalmente sujeta un fusil, cambiando la posición del mismo y dotándolo de un hacha, desmilitariza completamente dicha figura pasando a ser un cosaco civil que anda por el bosque talando árboles, bien para calentarse bien para construir un cabaña con esos troncos.
En cuanto a la pintura siempre que nos enfrentamos a una figura en la que el tanto por ciento de piel es mayor que la de las prendas que lleva, nos inquieta un poco y no tiene porque ser así, simplemente hay que hacerse un esquema de trabajo distinto al que normalmente usamos.
Así pues para la gran superficie que ocupa la carne en este caso decidí usar una mezcla más oscura y rojiza de lo normal, de esta forma como el tratamiento de luces es mayor para aclarar el tono de piel inicial no hace falta sombrearla como normalmente haríamos, así pues solo ilumine el color de la forma habitual y no usé sombras puras para completar el proceso, simplemente una vez acabadas las luces mediante tonos y filtros de varios colores, fui velando las zonas de sombras consiguiendo dar riqueza cromática al conjunto y marcando los volúmenes de esta particular anatomía.
El trabajo es más largo de lo habitual pero produce unos resultados muy naturales teniendo en cuenta lo que estamos representando. Con la repetición de filtros y pasadas con la pintura tan diluida y por el vinilo que las pinturas contienen adquiere un cierto satinado cosa de la que no nos debemos preocupar, siempre y cuando quede real porque la piel y más después de hacer un esfuerzo físico siempre adquiere un cierto brillo producido por el sudor del momento.
Para terminar de ambientar la figura en la acción que he querido representar basta con que el terreno simule un pequeño bosque con un gran trono que ha empezado a talar, con el suelo salpicado de pequeñas virutas del tronco producidas por los potentes hachazos que nuestro gordoncho protagonista ha propinado al arbol.
Y ya por último, os animaría a que alguna vez, bien para vuestra colección o simplemente por cambiar afrontéis un trabajo de este tipo ya que es muy interesante y divertido, pintar una persona normal.
Un saludo.
Hay mucha información, tanto gráfica como escrita de estas famosas tropas, pero valga como introducción para mostraros el trabajo de esta pieza, este pequeño texto introductivo.
Para los europeos de su tiempo no hubo sombra de duda: durante más de ciento cincuenta años, entre 1534 y finales del siglo XVII, los tercios españoles fueron las mejores unidades militares del mundo. Tres siglos después de su desaparición, todavía los especialistas de hoy comparan los tercios de infantería española con las legiones romanas y las falanges macedónicas.
Los tercios fueron las grandes unidades de infantería, generalmente española, de los ejércitos del Rey Católico. Eran solo un porcentaje pequeño de los ejércitos multinacionales de los Austrias, pero encarnaban su núcleo duro, la herramienta decisiva que forjaba la victoria o conjuraba las amenazas.

El busto representa a un arcabucero de los Tercios, es una pieza comercializada por la asociación Yelmo de Murcia, fielmente representada en su modelado por Antonio Meseguer, socio y gran modelista de esta asociación.
Al mismo tiempo, esta pieza fue seleccionada por consenso entre las distintas asociaciones participantes en el Mundialito de Clubes, como la elegida para participar en la categoría de bustos, dentro de la iniciativa ideada y llevaba a termino por Alabarda, conocida como Mundialito de Clubes, resumidamente se trata de una competición por clubes, grupos, y asociaciones de miniaturistas que compiten pintando las mismas piezas, salvo la original o scratch, que es elegida por la propia asociación. Siendo premiadas la mejor pieza, de cada categoría, así como al mejor display expuesto.
En cuanto al apartado de pintura, he decir, que es una pieza muy atractiva de pintar, dada la personalidad que el rostro refleja, así como por los distintos materiales a reproducir, cuero, tela, carne, madera, etc. en una escala no demasiado grande para los bustos.
Lo más interesante del proceso de pintura, fue el coleto de cuero, y la tela del chambergo o sombrero. Para ambas partes, decidí, pintarlas con acrílicos, pero usando la técnica, que habitualmente se utiliza cuando se pintan figura con oleos, es decir, fundir los tonos en fresco.
Esta forma de pintar, es igual de valida que con los oleos, y los resultados son parecidos, y muy gratificantes. Lo único que hay que tener en cuenta, es que debido a las propiedades secantes de las pinturas acrílicas, hay que trabajar rápido, y con un planteamiento inicial de colores estudiado.
Con esto, pintamos toda la zona con el tono de base que hayamos elegido, a continuación, se humedece con agua la zona a trabajar, y se van depositando los distintos colores tanto de luces como de sombra. Mientras que el conjunto permanece húmedo se van fundiendo los colores en las zonas de luces, y de sombra hasta lograr un degradado definido y suave.
Una vez seco este proceso, con tonos intermedios, y ya en forma de veladuras, se van enriqueciendo las partes intermedias de luz y sombra con diversos colores.
Para lograr el efecto de texturas a la par que se van fundiendo los colores, se van picoteando la zona, simulando cortes, ajados y pequeños desperfectos.
Un saludo.
Robert Ramírez.
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Para los europeos de su tiempo no hubo sombra de duda: durante más de ciento cincuenta años, entre 1534 y finales del siglo XVII, los tercios españoles fueron las mejores unidades militares del mundo. Tres siglos después de su desaparición, todavía los especialistas de hoy comparan los tercios de infantería española con las legiones romanas y las falanges macedónicas.
Los tercios fueron las grandes unidades de infantería, generalmente española, de los ejércitos del Rey Católico. Eran solo un porcentaje pequeño de los ejércitos multinacionales de los Austrias, pero encarnaban su núcleo duro, la herramienta decisiva que forjaba la victoria o conjuraba las amenazas.

El busto representa a un arcabucero de los Tercios, es una pieza comercializada por la asociación Yelmo de Murcia, fielmente representada en su modelado por Antonio Meseguer, socio y gran modelista de esta asociación.
Al mismo tiempo, esta pieza fue seleccionada por consenso entre las distintas asociaciones participantes en el Mundialito de Clubes, como la elegida para participar en la categoría de bustos, dentro de la iniciativa ideada y llevaba a termino por Alabarda, conocida como Mundialito de Clubes, resumidamente se trata de una competición por clubes, grupos, y asociaciones de miniaturistas que compiten pintando las mismas piezas, salvo la original o scratch, que es elegida por la propia asociación. Siendo premiadas la mejor pieza, de cada categoría, así como al mejor display expuesto.
En cuanto al apartado de pintura, he decir, que es una pieza muy atractiva de pintar, dada la personalidad que el rostro refleja, así como por los distintos materiales a reproducir, cuero, tela, carne, madera, etc. en una escala no demasiado grande para los bustos.
Lo más interesante del proceso de pintura, fue el coleto de cuero, y la tela del chambergo o sombrero. Para ambas partes, decidí, pintarlas con acrílicos, pero usando la técnica, que habitualmente se utiliza cuando se pintan figura con oleos, es decir, fundir los tonos en fresco.
Esta forma de pintar, es igual de valida que con los oleos, y los resultados son parecidos, y muy gratificantes. Lo único que hay que tener en cuenta, es que debido a las propiedades secantes de las pinturas acrílicas, hay que trabajar rápido, y con un planteamiento inicial de colores estudiado.
Con esto, pintamos toda la zona con el tono de base que hayamos elegido, a continuación, se humedece con agua la zona a trabajar, y se van depositando los distintos colores tanto de luces como de sombra. Mientras que el conjunto permanece húmedo se van fundiendo los colores en las zonas de luces, y de sombra hasta lograr un degradado definido y suave.
Una vez seco este proceso, con tonos intermedios, y ya en forma de veladuras, se van enriqueciendo las partes intermedias de luz y sombra con diversos colores.
Para lograr el efecto de texturas a la par que se van fundiendo los colores, se van picoteando la zona, simulando cortes, ajados y pequeños desperfectos.
Un saludo.
Robert Ramírez.